El Brexit es solo la punta del iceberg de lo que nos espera si no se frena de forma tajante el proceso populista totalitario.
El Brexit es un gran triunfo del populismo. Quienes creían que en uno de los países cuna de la democracia como Gran Bretaña se frenaría el populismo, ahí lo tienen: ha sido la campaña populista la que ha ganado el referéndum del pasado jueves 23 de Junio, sacando al país de la Unión Europea y produciendo un cataclismo europeo y mundial cuyas consecuencias no han hecho más que empezar.
Titulares que llenan las portadas de los medios como “El brexit produce un tsunami mundial en las bolsas”, “La bolsa española sufre la mayor caída de su historia”, “Escocia ya pide un nuevo referéndum para independizarse del Reino Unido”, o “La extrema derecha francesa reclama un referéndum para salir de la UE”, son representativos del proceso abierto y de sus consecuencias para todos, sin excepción y a todos los niveles. Lo iremos viendo en los próximos meses y años, si no se frena.
El populismo como fuerza motora de la destrucción de la democracia
El populismo es la fuerza motora de destrucción del sistema democrático y del Estado-nación, con capacidad de impregnar todos los sectores sociales. Penetra en nuestros entornos, familias, y desde luego en los medios de comunicación. Y de facto el populismo forma un frente radical con las ideologías extremistas más variadas y que tienen como denominador común su pensamiento totalitario.
Si las fuerzas liberales y democráticas no frenan al populismo, ganando la batalla ideológica, las elecciones y el poder de las instituciones, e imponiendo con firmeza sus valores, asistiremos a un proceso de confrontación radical y violencia en nuestras sociedades de forma progresiva y acelerada.
España ha sido un laboratorio de ese proceso en Europa. Hace unos años era el terrorismo y la guerrilla callejera (Kale Borroka) en el País Vasco, y hoy quienes defendían o justificaban esos postulados están en las instituciones, y se ha multiplicado el radicalismo y la violencia. El separatismo nacionalista gobierna las instituciones del Estado en Cataluña, la violencia de okupas, grupos antisistema, y movimientos violentos de escrache, forman ya parte del paisaje nacional cotidiano.
¿Se acuerdan de quienes hablaban del nacionalismo ‘moderado’ y de quienes aseguraban que el mundo empresarial catalán no permitiría que se impondrían los radicales? Todo era mentira. El nacionalismo se ha convertido en un separatismo radical que desde las propias instituciones defiende la ruptura de España, y los empresarios catalanes no han impedido el proceso de radicalización dominado por la extrema izquierda. No frenar al populismo conduce a estas consecuencias.
Que las instituciones, la sociedad y los individuos se vayan adaptando, sin responder con la firmeza necesaria, a este proceso de radicalización, violencia y toma del poder, es una de las claves fundamentales del éxito del populismo marxista-leninista.
El populismo es un cáncer totalitario
que penetra en todos los poros de la sociedad e instituciones del poder
Todos los movimientos populistas, desde la extrema izquierda a la extrema derecha tienen un mismo discurso, una misma técnica, y un mismo objetivo. Su discurso apela a la sinrazón mediante la demagogia para hacer creer a los votantes que los sentimientos más irracionales son su mejor razón. Una auténtica estafa, pero que cuela.
Por muy mal que estuviera Grecia, la llegada de Syriza al poder (el Podemos griego) ¿ha mejorado las condiciones de los ciudadanos griegos? Exactamente lo contrario. Ha sido el primer país de la zona euro que ha entrado en el corralito financiero, impidiendo a su ciudadanos sacar su propio dinero de los bancos. ¿Por qué si ha pasado esto en un país de la UE no puede pasar en otros?
Hay una tendencia a creer psicológicamente en lo inverosímil de las situaciones más adversas aunque estas ya se hayan producido, porque ponernos en lo peor nos obliga a reaccionar y arriesgar, pero en la realidad sucede lo contrario. Si no reaccionas y arriesgas para defender la libertad y la democracia, se repite el drama totalitario que ha dado lugar a guerras civiles y mundiales, como las que hemos padecido los españoles, y por eso se valora el hecho de madurez democrática e intelectual en las personas, pueblos y naciones que saben aprender de sus errores.
Lo que llevó al éxito de la Transición pacífica española de la dictadura a la actual democracia constitucional y de libertades fue saber aprender de sus errores. El progreso social, económico y de libertades de España, que ha dado lugar a la mejor época de su historia, se debe a lo hecho en la Transición. Y no defender esto con uñas y dientes a nivel personal, social e institucional, está haciendo que el totalitarismo de la extrema izquierda y los separatistas estén ganando poder de forma progresiva y cada vez más acelerada.
Como engaña el populismo al votante
La técnica de comunicación de todos los populismos es la misma, la pura demagogia y el fin justifica los medios. Con la particularidad de que las nuevas tecnologías y sofisticados medios de información, facilitan su objetivo, que no es otro que cargarse el sistema democrático y de libertades mediante la manipulación de la información.
Alcanzar popularidad en los medios se convierte en razón para votar al líder o candidato aunque su mensaje y su proyecto estén basados en la sinrazón, como es el caso del dirigente español de Podemos, Pablo Iglesias, un hijo intelectual e ideológico del totalitarismo marxista-leninista.
Iglesias va de la mano de los comunistas a las elecciones que se celebran este domingo 26 de Junio pero se erige en socialdemócrata, y al mismo tiempo defiende la ilegalidad de que los nacionalistas hagan un referéndum para romper España, mientras habla de patriotismo.
Es otra de las formas de hacer creer como fuerza de la razón que todo vale, cuando precisamente lo que hace razonable y valiosas las cosas es que no todo vale, porque responden a una lógica y unos valores verdaderos, no engañosos. Un dirigente que es anti-sistema ¿como va a defender el sistema constitucional español y europeo? El populismo representa por lógica un modelo de contravalores.
Pero utilizan técnicas de manual para manipular la mente de los electores, conseguir el poder, destruir desde dentro el sistema, e imponer su ideología y su propio sistema totalitario.
AS © 2016
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