El presidente republicano de los Estados Unidos, Donal Trump, ha perdido las elecciones de 2020, y las ha ganado el demócrata Joe Biden mediante un modelo de comunicación que representa un caso de estudio.
Pero en términos políticos estos resultados electorales demuestran asimismo que con Trump los republicanos mantienen su mayoría en el Senado, que obligan al nuevo presidente Biden a entenderse con sus adversarios para aprobar sus leyes y la política USA de los próximos años.
El chip anti-Trump
Este modelo de comunicación del progresismo ya ha sido experimentado como caso de éxito en otros países, y especialmente en España por el partido socialista y toda la izquierda y grupos separatistas para cambiar el régimen político y de poder. Ver articulo del chip anti-PP publicado en 2015.
En el caso de los Estados Unidos ha consistido en introducir un chip anti-Trump en la psique de la población a lo largo de sus años de mandato para transformar las elecciones en un referendum. De tal forma que en las elecciones no se votan los programas de los partidos y su balance de resultados, sino que se ha votado a favor o en contra de Trump. Ver artículo sobre la visión de Trump
De hecho, Trump ha conseguido durante su presidencia los mejores resultados económicos y de crecimiento, y ha reducido el paro al nivel más bajo de la historia de Estados Unidos.
Entonces ¿por qué Trump no ha sido reelegido?
Un factor clave de esta operación del partido demócrata USA ha sido utilizar al propio Trump y su personalidad estrambótica en su contra, para alimentar el voto de rechazo, que favorecía al partido demócrata. Haciendo que las políticas, actitudes y la propia personalidad de Trump se volvieran contra él mismo.
Caricaturizar a Trump ha sido una de las formas de comunicación más eficaces del modelo de comunicación anti-Trump en series de comunicación, viñetas y documentales televisivos.
Así en el chip anti-Trump se prefiguran los elementos y actitudes emocionales del rechazo a su figura, y que él mismo alimenta con sus declaraciones y políticas de confrontación y división. Convirtiéndose en su principal enemigo.
Joe Biden no ha ganado las elecciones presidenciales USA por su liderazgo carismático -que no lo tiene- sino por el modelo estratégico de comunicación, diseñado y aplicado por los propios laboratorios de información, internos y externos, que han configurado el chip anti-Trump.
Como hace años el partido socialista español configuró el chip anti-PP que le ha hecho ganar el gobierno, a pesar de tener los peores resultados de su historia al día de hoy.
La inoculación del mensaje emocional y otras claves
Trump, como en España el PSOE con su chip anti-PP, y en otros países, han polarizado a la sociedad y sus electores, a favor y en contra. Da igual los resultados y balances de sus políticas: todo se reduce psicológicamente a estar a favor o en contra de los candidatos, y que te caigan bien o mal. Haciendo primar el factor emocional sobre el racional.
El caso del Brexit británico es otro ejemplo práctico en el que la decisión de salir de la Unión Europea no se decide por los diputados de Parlamento de Whitehall sino por un referendum en el que se apela a los factores emocionales de la población del nacionalismo vs. Europa.
Trump y su estratega ideológico y de comunicación, Steve Bannon, hicieron en 2016 de la polarización de la sociedad y el voto el éxito que le llevó a la Casa Blanca, pero se le ha vuelto en su contra porque ha alimentado el voto del rechazo que le ha hecho perder las elecciones de 2020.
Por eso el modelo de comunicación -y los sofisticados laboratorios de información que los programan- son hoy tan decisivo en las elecciones, en el ejercicio del poder, y en sus consecuencias económicas y sociales a todos los niveles.
Dirigen el poder.
AS © 2020
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