Entrevista realizada a Antxón Sarasqueta por José María Gutiérrez Montero publicada en Páginas Digital. (Descargar página original:`El problema en España no es solo económico, es también democrático`)
- JMGM: Observamos en los últimos tiempos una tensión social creciente, ¿Cree usted que está en peligro la estabilidad de la democracia?
AS: La estabilidad de la democracia no depende de sus enemigos, sino de la fortaleza de la democracia para ejercer la fuerza del Estado contra las minorías antidemocráticas.
- JMGM: ¿Cuál es la raíz de los recientes ataques, tanto los escraches, como la convocatoria de hoy ante el Congreso?
AS: La raíz está en el modelo de los teóricos marxistas del argentino Ernesto Laclau y la belga Chantal Mouffe en su libro «Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia», publicado en 1985 y dos años más tarde en España. El objetivo común de toda la izquierda, dentro y fuera de las instituciones, es destruir la democracia liberal y sus valores, para conseguir una hegemonía socialista.
- JMGM: Colectivos ligados al 15M se han desligado de la protesta. ¿Cree usted que hay una fragmentación en el movimiento de la antipolítica?
AS: Son partes y procesos de un mismo juego. Lo sepan o no los grupos antisistema, la izquierda institucional, o los ciudadanos cautivados por la protesta ante una situación dramática por la crisis, contribuyen al mismo objetivo desestabilizador del sistema de democracia liberal y constitucional.
- JMGM: ¿Existen aún vías para la recuperación de la confianza en los políticos?
AS: Claro que existen esas vías. El éxito de la democracia liberal es su fuerza de regeneración frente a la corrupción y el ejercer su poder contra las minorías antidemocráticas. Pero eso siempre depende de la capacidad del ejercicio de liderazgo democrático de quien tiene el poder legítimo de la mayoría y de la sociedad mayoritaria. Fue Walter Lippmann el que mejor lo expuso: «una sociedad democrática es cuando la mayoría siempre está dispuesta a tumbar a las minorías revolucionarias». El problema de España hoy es no reconocer su problema, que no es solamente económico, sino de la supervivencia de la democracia y de sus valores de libertad.
