La mayoría de los españoles no han rechazado en las urnas el modelo político de izquierda radical del socialista Pedro Sánchez, sino que lo han fortalecido. Confirmando así que España seguirá viviendo en un Estado de entropía y el consiguiente deterioro progresivo de su sistema político, económico y social.
La entropía como medida de desorden, incertidumbre, y pérdida de energía, utilizada en la física, también se puede aplicar al sistema político. A mayor entropía, mayor deterioro y peores condiciones del sistema, que afecta a todos los aspectos de la vida cotidiana.
Los resultados de las elecciones generales del pasado 28 de Abril, proyectan un mapa de creciente inestabilidad e incertidumbre. Por una parte un centro-derecha más dividido entre partidos enfrentados, que repercutirá en un mayor debilitamiento del sistema constitucional. Mientras las fuerzas disgregadoras de la izquierda radical, golpistas y secesionistas han visto reforzado su poder en estos comicios.
El proyecto y modelo político de Sánchez y su poder está basado en que prevalezca un situación disruptiva y caótica, que haga irreversible el proceso iniciado por el socialista Zapatero en 2004.
En la práctica es el éxito de la teoría de los ideólogos marxistas el argentino Ernesto Laclau y la belga Chantal Mouffe, claramente expuesta en su obra ‘Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia’. Libro que es la guía de los hoy guiados -los ciudadanos- y aunque ni ellos lo sepan contribuyen al proceso de radicalización y ruptura democrática. Ver ‘Guía del proyecto radical español’
Ante un proceso irreversible
Una de las constantes de este proyecto es hacerlo irreversible, y otra utilizar la desinformación como método y técnica para hacer de la mentira la verdad del poder. Lo que se analiza con brillantez y claridad en la obra dirigida por Carlos Castilla del Pino, El discurso de la mentira, publicada en 1988.
Enfrentarse a esta realidad es el desafío para las fuerzas que defienden la democracia liberal, la única auténtica. Lo que no es nada nuevo en la historia política, sino muy viejo, una vez que los enemigos de la libertad se instalan en el poder y no son desalojados.
AS ® 2019
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