El crecimiento de los populismos y las fuerzas radicales está basado en la creación de una sociedad dominada por el pensamiento amorfo. El caso español es muy ilustrativo, porque los mismos que en Cataluña protagonizan un golpe de Estado utilizan el discurso de la paz, las libertades y la democracia, para alimentar el debate de la sinrazón, que es una de las formas de configurar una sociedad de pensamiento amorfo y fácilmente manipulable.
El pensamiento amorfo consiste en despersonalizar al individuo y hacer que carezca de criterio propio, desbordando su mente mediante una invasión permanente de mensajes muy elaborados, contradictorios, ambiguos y orientados a hacer que sus pasiones y emociones prevalezcan sobre cualquier pensamiento racional.
La ambiguedad, el contrasentido, las contradicciones, y mentiras, forman parte del fin justifica los medios. Para ellos todo vale. No se ruborizan, se sienten orgullosos de ello, porque es el eje central de su ideología y de su objetivo de conquista del poder. Y así, si todo vale, se va imponiendo una sociedad sin valores.
El fin justifica los medios
El fin justifica los medios es el principal eje del manual totalitario que inspira la doctrina de separatistas, comunistas y populistas. Para ellos simular o contradecirse a todas horas, forma parte de su método que actúa como acelerador del pensamiento amorfo en la sociedad que traga sus mensajes, dándoles la suficiente credibilidad como para que ocupe los debates.
Sus mensajes están dirigidos a desordenar tu mente haciendo que le des vueltas y hasta hagas humoradas sobre lo que dicen o hacen, para que no pienses en lo fundamental: que todo forma parte de su estrategia del fin justifica los medios.
No quieren que pienses en que el fin justifica los medios porque así descubrirás, tendrás que aceptar y enfrentarte a la lógica totalitaria de que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de avanzar en sus objetivos e imponer su poder. Por ejemplo, utilizan deliberadamente los términos relativistas que hacen compatibles el buenísmo con la ideología del odio.
La ruptura del sistema como objetivo
Este planteamiento no es solo obra de cuatro políticos ambiciosos sino de potentes y sofisticadas maquinarias con una red de cerebros que utilizan la tecnología más avanzada para romper el sistema, y ganar poder geopolítico y en el mercado, como está haciendo Rusia para desestabilizar Europa.
Lo paradójico es que todo esto tiene su origen en el movimiento político del nuevo radicalismo nacido en Estados Unidos a comienzos de los años 2000 y extendido a todo el mundo bajo la bandera de la anti-globalización, y que posteriormente se ha visto potenciado por la teoría de la ruptura del sistema en la que basan sus nuevos negocios multimillonarios las grandes tecnológicas y redes sociales de Silicon Valley, que han hecho de la ‘disrupción’ su mensaje de marketing, envuelto en el papel de celofán adornado con flores intelectuales de la cultural de innovación y el progreso.
Todos estos grupos, partidos y empresas se benefician de una sociedad dominada por el pensamiento amorfo. Que cada vez lo es más.
AS © 2017
Ver también la guía del proyecto radical español (2000-2016)
Señor Sarasqueta, lo explica usted muy bien. Yo me pregunto una y otra vez ¿Cómo es posible que personas de cierto nivel, por llamar nivel a los que pasan por la universidad, les apoyan? Los que yo conozco, no se van a aprovechar de los beneficios que obtengan esos grupos de los que habla y que lo mueven todo.
Pasadlo bien. Andrés
Es así, Andrés. Mi experiencia me demuestra que muchas personas de alto nivel profesional y académico, y sectores amplios de la sociedad, en el terreno político se dejan guiar por los instintos más primarios, que son los que dan lugar a la manipulación del pensamiento amorfo y sus consecuencias.