Rajoy frena el secesionismo

El gobierno de España asume el poder autonómico de Cataluña

La aplicación de las medidas anunciadas hoy por el gobierno de España, asumiendo el control de la autonomía de Cataluña de forma temporal, frena el proceso secesionista catalán. El desafío mas importante de la ruptura del Estado-nación y anti-constitucional que ha tenido lugar entre los países miembros de la Unión Europea, utilizando los propios poderes del Estado por parte de las autoridades autonómicas para realizar una sublevación contra la nación.

Para España y todas las naciones democráticas enfrentarse al secesionismo es una cuestión de Estado.

Hasta en diez ocasiones cita el acuerdo adoptado hoy por el consejo de ministros para implantar el artículo 155 de la Constitución, asumiendo el control de la autonomía catalana, los términos de ‘secesión’ o ‘secesionismo’ sobre la actuación y medidas de las autoridades de Cataluña, para justificar su legítima reacción y la de los poderes del Estado.

Se trata de una medida histórica desde que se promulgó la Constitución hace cuarenta años, y también lo es dentro de la Unión Europea en la que España es uno de sus principales países miembro.

Es también una respuesta al proceso revolucionario de corte leninista que lleva a cabo el secesionismo catalán, como el que representan los grupos anti-sistema que desde las propias instituciones han forzado este proceso en alianza con los partidos independentistas.

Rajoy no ha dejado un cabo suelto

El gobierno de Rajoy no ha dejado un solo cabo suelto en el decreto de la aplicación de estas medidas, haciendo posibles todas las opciones del ejercicio de su autoridad, que serán aprobadas por el Senado en los próximos días.

Basta leer la letra pequeña de las 19 páginas que constituyen el decreto aprobado por el consejo de ministros. Es el gobierno de España el que asume todos los poderes de la autonomía, incluido el cese del actual gobierno autonómico, la limitación de las facultades de su parlamento dentro de la Constitución, y otros, como el de la policía autonómica y todo tipo de entidades públicas -entre las que se encuentran los medios de comunicación, que han sido el principal arma de propaganda del secesionismo.

El liderazgo del rey y la cuestión de Estado

En esta reacción del Estado español el liderazgo del rey Felipe VI ha resultado decisiva. En su discurso televisado a la nación como jefe del Estado del pasado 3 de Octubre, conminó ante la gravedad de la situación a la reacción de todos los poderes del Estado. Señaló, entre otras cosas, que “es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía”.

No es ajeno a esta respuesta del Estado frente al secesionismo catalán, el hecho de que los principales partidos constitucionalistas que representan conjuntamente más del 70% del Congreso y más del 80% del Senado, respalden la implantación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Es el pacto histórico del 155.

Hoy, en Murcia, el líder socialista, Pedro Sánchez, no esgrimió su mensaje del “no a Rajoy”, ni del de una España de varias naciones como lo ha hecho anteriormente, sino que describió a Cataluña como “una región singular”, y apoyó la decisión del gobierno de implantar el 155. El líder de Ciudadanos, Rivera, viene reclamando esta medida desde hace tiempo.

No es baladí tampoco, sino muy importantes, las sentencias del Tribunal Constitucional contra el secesionismo y la ilegalidad de las autoridades catalanas y sus medidas, como la publicada recientemente declarando ‘inconstitucional’ y ‘nula’ la ley de referendum de autodeterminación de Cataluña.

La propia sociedad española ha respondido en sus manifestaciones contra el secesionismo, incluida gran parte de la sociedad catalana, y todo ello ha contado. Como ha contado en esta respuesta la reacción de las empresas, inversores internacionales y las propias autoridades y naciones europeas que han hecho percibir el peligro y riesgo del secesionismo catalán.

Se trata de una cuestión de Estado, y toda obligación de un estado democrático es defenderse frente a su enemigos, internos y externos. El Estado tiene que imponer su autoridad o sucumbe.

AS © 2017

 

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