El liderazgo de Leopoldo López y de la oposición democrática para cambiar el actual régimen dictatorial venezolano, representa no solo la transición a las libertades, sino además un cambio de efectos globales. Cambiará el mapa geopolítico.
El régimen chavista vive un proceso de descomposición y aumenta su represión violenta contra los líderes de la oposición y la población. Hoy mismo López ha sido trasladado de su encarcelamiento domiciliario a la cárcel militar donde ha estado prisionero los últimos tres años. Con la consiguiente repercusión mundial de condena al régimen chavista.
La Venezuela de Chávez y de Maduro viene representando desde 1999 un eje clave de la alianza revolucionaria contra Occidente formada con Cuba, Irán, y países como Ecuador y Bolivia. Alianza de la cual formó parte la Argentina de los Kirchner durante la presidencia de Nestor y luego su esposa Cristina (2003-2015). Con el apoyo directo e indirecto de Rusia y otros países para desestabilizar a las potencias occidentales.
Una alianza poderosa, muy activa y con grandes recursos (incluido el petróleo venezolano), que durante todo ese periodo ha exportado su modelo revolucionario a todos los rincones de los países democráticos, incluido España. Así se fraguó Podemos y otras organizaciones activistas cuyo objetivo es radicalizar la democracia para desestabilizar el sistema político. Por eso la caída del régimen bolivariano representará un cambio en el mapa geopolítico.
El liderazgo de Leopoldo López
De ahí la importancia de la batalla que libran hoy el líder Leopoldo López, encarcelado y torturado por el actual régimen venezolano, y todas las fuerzas democráticas.
Hace unos días tuve la oportunidad de conversar con el padre de Leopoldo López. Me relató el drama que viene sufriendo su hijo a manos de los carceleros, incluido el episodio último de como fue trasladado de la cárcel a su arresto domiciliario. Son escenas como las que viven millares de venezolanos, producidas por la violencia de un régimen que se resiste a morir.
La actual escalada represiva del régimen contra las fuerzas democráticas y la población es un síntoma de su degeneración. La creciente respuesta de rechazo y condena internacional, aumenta la presión contra el régimen chavista. Y la oposición democrática gana fuerza interior y apoyos externos.
El cambio no solo traerá las libertades a los venezolanos, sino que las democracias pasarán a tener un aliado clave en Latinoamérica. Rompiéndose a su vez la alianza de estos países que en nombre del anti-imperialismo forman un eje internacional para exportar el totalitarismo.
Otra de las lecciones del proceso que está viviendo Venezuela es que los hechos demuestran, una vez más, que cualquier diálogo y componenda con los dictadores, como los que se han intentado con el régimen chavista, son contraproducentes. Solo alargan la supervivencia del régimen. Con el totalitarismo no se negocia, se le combate.
AS © 2017
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