Líderes sin visión global

Imagen del artículo 'Un liderazgo sin visión global' de Antxón Sarasqueta

La ‘premier‘ británica en la Cámara de los Comunes

Una de las paradojas de la globalización es la emergencia de liderazgos sin visión global. Incluso en países con grandes intereses globales y en los que ha prevalecido una visión global de sus gobernantes, como son Estados Unidos y el Reino Unido, se ha impuesto una doctrina nacionalista. Las consecuencias de este fenómeno son el aumento de tensiones y crisis a nivel externo e interno.

El caso británico es muy ilustrativo. En lugar de potenciar su liderazgo en la Unión Europea, los británicos han decidido salirse, argumentando que así se fortalecerían. El resultado es el contrario. Ya han empezado a sufrir las consecuencias políticas y económicas. La primera ministra y líder conservadora, Theresa May, adelantó las elecciones para tener más fuerza en la negociación de salida de la UE, y ha perdido la mayoría absoluta que tenía, y su posición ahora es más débil. Aumentando la incertidumbre, las tensiones y los problemas en todos los aspectos, grandes y pequeños.

La visión nacionalista le dio la victoria y la presidencia de Estados Unidos a Donald Trump, y las consecuencias han sido las mismas: mayor división interna y enfrentamiento con los aliados. En lugar de unir a la nación, la ha dividido, en lugar de fortalecer el ‘vínculo atlántico’ lo ha debilitado. En lugar de generar confianza, ha hecho crecer la desconfianza. La visión de Trump

En todos los países donde han crecido los movimientos populistas ha sido a partir de su visión nacionalista. Por eso coinciden en reivindicar la salida de la UE la extrema derecha francesa de Le Pen y la extrema izquierda de Podemos en España. Culpan a la globalización de todos los males y amplios sectores de la sociedad compran su mensaje demagógico y mentiroso.

Liderazgos condenados al fracaso

En España este mal se acrecienta por el proceso golpista de los independentistas catalanes de ruptura del régimen constitucional y de la nación, vendiendo la falacia de que Cataluña sería más fuerte fuera de España (y como consecuencia saliendo de la UE).

Esto hace que los países pierdan liderazgo y fortaleza, porque en una realidad global los liderazgos tienen que ejercerse desde una visión global, y si se reduce a un planteamiento nacionalista se produce un contrasentido.

No es lo mismo ejercer el poder que tener liderazgo, y aunque es habitual confundir al líder con el jefe de un partido o gobierno, el verdadero liderazgo tiene otro sentido, el que proyecta con una visión de futuro, y ¿alguien puede pensar que nuestro futuro no va a ser más global todavía que el presente?

Sus detractores acusaban a Margaret Thatcher de antieuropeista y fue ella la que metió al Reino Unido en la UE, porque tuvo la visión de que ese era el mejor futuro para su país. Tuvieron visión de futuro los forjadores de la Comunidad Europea, y lideraron uno de los proyectos de más éxito en la historia política contemporánea del mundo.

El liderazgo y las políticas sin visión global están condenadas al fracaso sin paliativos. Como fracasarían las empresas españolas y de otros países que compiten en el mundo si no fueran lideradas con una visión global y de futuro.

AS ® 2017

Autor del libro ‘Una visión global de la globalización

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