Europa decide si confía en el euro o en Grecia

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El ministro alemán de Economía, Wolfgang Schäuble, no se fía del Gobierno de Grecia

Admitir que el problema de Grecia es de confianza y credibilidad para el sistema euro, como han hecho este fin de semana la mayoría de los socios de la UE, determina los costes y beneficios de la solución.

Además de inyectar otros casi 100.000 millones de euros de sus contribuyentes, la UE tendrá que asumir los costes de la desconfianza y descrédito del sistema griego que los propios socios han denunciado. Costes, no solo en términos económicos y financieros, sino políticos y sociales

Desde 1984 la Unión Europea no había tenido un mensaje tan poderoso como el Grexit sobre lo que representa ser miembro o no del club. Por razones opuestas.

En 1984 la primera ministra británica dijo que si no se llegaba a un acuerdo para que la UE reembolsase a Gran Bretaña un cheque por el exceso que estaba pagando para subvencionar la agricultura de los estados miembros, tendría que salirse de la unión. Todos llegaron a un acuerdo porque comprendieron que era mejor reembolsar el exceso pagado por el Reino Unido, que perderle como socio aliado. Con el Reino Unido dentro la UE reforzó su posición. Hubo lucha de intereses, pero no de desconfianza.

Tres décadas después la UE está viviendo la experiencia opuesta con Grecia. Un socio que no paga las deudas y pide miles de millones de euros más, cuyo gobierno ha metido al país en un corralito financiero (el primer caso en la historia de la UE), y ha roto las reglas y la confianza entre los socios y fuera de Europa, incluido el Fondo Monetario Internacional.

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Portadas europeas: “Berlín y la UE no se fían de Grecia”

El mensaje ‘Grexit’ es sinónimo de desconfianza y ruina económica

Por eso el mensaje ‘Grexit’, acrónimo en inglés de la salida de Grecia del euro, es un mensaje poderoso, por lo que representa. ¿Y qué representa el mensaje Grexit que tanto ha calado no solo en Europa sino en todo el mundo?

Lo que le hace poderoso al Grexit como mensaje de Europa es precisamente que representa lo que la UE dice rechazar, y es lo que conduce a salir del euro de Grecia. El no cumplir con las reglas, las políticas y estilos radicales que desde el gobierno griego llegan a llamar “terroristas” a los que les han concedido créditos y ayudas. El no cumplir con los pagos, y lo que representa además de insulto a sus socios de los países miembros del euro que sí han tenido que aceptar el ser intervenidos financiera y políticamente, asumiendo duras políticas de ajustes, con altos costes para sus sociedades, industrias y para su propia competitividad, empleo y calidad de vida.

Grecia no fortalece el sistema europeo, lo debilita

¿Por qué el Grexit es un mensaje asociado al gobierno de Alexis Tsipras que inició su carrera política en las juventudes comunistas y desde entonces ha desarrollado un liderazgo político e ideológico de extrema izquierda?

Por una sencilla razón: en contra de los anteriores gobiernos griegos socialistas y conservadores, Tsipras ha desafiado el sistema de la UE, que es liberal y capitalista, con su política radical ideológica de extrema izquierda, traspasando sus límites.

De poco valen sus movimientos tácticos de convocar un referendum plebiscitario para rechazar las propuestas de la UE, para al día siguiente enviar a Bruselas un documento en el que acepta en términos genéricos las condiciones de los acreedores, que es lo que él mismo había propuesto a los ciudadanos rechazar ¿Quién se puede fiar de los que dicen una cosa y la contraria al mismo tiempo, y no cumplen a lo que se comprometen?

Con su decisión sobre el Grexit lo que decide la UE es si refuerza su confianza en el sistema monetario europeo o no. Porque la solución griega no refuerza el sistema europeo, y sí lo debilita.

AS © 2015

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