La Unión Europea y la OTAN ya tienen en su interior el caballo de Troya griego para socavar sus posiciones desde dentro. Eso es lo que representa la victoria electoral y el nuevo gobierno formado por el partido de extrema izquierda Syriza.
El impacto de este cambio no hay que medirlo en términos económicos y financieros, sino de alta política respecto al propio sistema europeo y de la seguridad occidental.
En la última reunión del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk, que tuvo lugar en Diciembre de 2014, destacaron que el principal valor en sus relaciones institucionales “es la de subrayar los principios políticos”, que fueron establecidos en la declaración conjunta de 2002. Pilar del modelo político y de seguridad de Europa y la Alianza Occidental y que es precisamente lo que quieren destruir los troyanos de la izquierda radical y las fuerzas islamistas.
Pero la falta de liderazgo global y visión estratégica de los gobiernos europeos ha propiciado el avance de los grupos y formaciones de perfil totalitario y anti-europeo, tal y como ya se puso de manifiesto en los resultados de las elecciones europeas de 2014. Y la llegada al poder meses después de Syriza en Grecia es un nuevo salto en esa dirección.
Es la consecuencia de reducir la política a cuestiones meramente económicas y financiera como la deuda y los ajustes económicos, sin tener en cuenta las repercusiones de todo ello en el plano de los principios políticos y la estrategia de la UE y de la OTAN, que es el todo.
¿Se imaginan que información van a facilitar los norteamericanos en las reuniones de la OTAN sabiendo que en la misma mesa se sientan los enemigos de la alianza, como son los troyanos del nuevo gobierno griego?
La punta del iceberg anti-europeista
A partir de ahora los gobiernos europeos y norteamericanos (Estados Unidos, Canadá) pondrán filtros a la hora de compartir su información, políticas, estrategias y decisiones, pero eso solo confirmará que tener el enemigo en casa supone un lastre y limita el potencial de las políticas europeas y occidentales.
La victoria de Syriza ha alejado más al Reino Unido de la UE, lo que supone otro factor de debilidad para Europa. Gran Bretaña es una de las grandes potencias del mundo y una fortaleza democrática, y cualquiera con dos dedos de frente sabe lo que esto representa para que siga siendo uno de los principales socios de la Unión, aunque no sea miembro del euro.
Hoy el caballo de Troya griego no tiene dentro solo a Syriza, sino a todos los demás partidos y grupos en Europa que forman parte de una red apoyada y financiada por los estados totalitarios que forman la alianza antiimperialista, como Irán y Venezuela.
Las recientes informaciones sobre la financiación venezolana e iraní a los dirigentes del grupo español Podemos, son solo la punta del iceberg de una operación de mayor calado con ramificaciones en toda Europa.
Todo ello forma parte de una estrategia en la que convergen todas las fuerzas externas e internas (de extrema izquierda, nacionalistas e islamistas) que tienen como objetivo minar las estructuras políticas y sociales del modelo europeo, y su sistema de democracia liberal. Paradójicamente, cuentan a su favor con una política de concesiones de los gobiernos europeos y de la propia sociedad, que es lo que les está haciendo avanzar hasta posibilitarles introducir su caballo de Troya.
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Magnificamente expresado amigo Antxon “La punta del iceberg anti-europeista”
Un futuro preocupante…
J. Nieto