Historia del fracaso de la Alianza de las Civilizaciones y de su política de apaciguamiento con el terrorismo.
“Si tenemos éxito en la Alianza de Civilizaciones habremos encontrado un antídoto contra el terrorismo”, dijo en Madrid el premier turco Tayyip Erdogan el 14 de Enero de 2008, donde co-presidió el primero foro de la Alianza de Civilizaciones patrocinado por el Gobierno de Zapatero.
Desde que Erdogan pronunció estas palabras no ha hecho más que aumentar la ola terrorista de la yihad islámica en todo el mundo. Con el objetivo único de destruir la civilización occidental cristiana y todo lo que representa para la libertad, la democracia y los valores éticos y morales.
Los recientes atentados terroristas de la yihad islámica a principios de Enero, tras el asesinato en París de los periodistas de la revista de viñetas humorísticas Charlie Hebdo y de las personas que se encontraban en una tienda de comida judía en la propia capital francesa, son solo parte de los multiples ataques diarios de los terroristas islámicos en muchos países.
El fracaso de la Alianza de las Civilizaciones
La Alianza de las Civilizaciones es un proyecto del régimen totalitario iraní, propuesto formalmente por su presidente, Mohammad Jatami en la ONU el 21 de Septiembre de 1998, con el nombre de ‘Diálogo de las Civilizaciones’.
Así se puso en marcha la operación para que fuera calando en los gobiernos, redes diplomáticas e institucionales, y fue en 2004 y en el mismo lugar (Asamblea de la ONU) donde Zapatero hizo santo y seña de la propuesta hecha por Jatami seis años antes. El inspirador de este cambio, el ya ex presidente iraní, pasó así a integrar el órgano de dirección de la Alianza de Civilizaciones cuando fue constituido.
Basta comparar los discursos de Jatami y Zapatero para constatar expresiones y significados idénticos. Jatami dijo que “el terrorismo es fruto de la desesperación”, y Zapatero dijo que el terrorismo “puede arraigar cuando cae en la desesperación”. Jatami dijo que “la erradicación del terrorismo” dependía de “la búsqueda de la justicia”, y Zapatero que “la corrección de las grandes injusticias…privaría a los terroristas de sustento popular”.
La doctrina del apaciguamiento con el terrorismo conduce a la muerte de la libertad, de la vida y la democracia
Desde entonces, con su presencia, anuencia, defensa y financiación, la mayoría de los gobiernos occidentales, incluido el español de Rajoy, han participado en la Alianza de Civilizaciones impulsada por el régimen iraní, que junto a Arabia Saudí, son los principales estados patrocinadores del terrorismo islamista.
Validando las democracias occidentales con sus políticas de Estado lo que representa la Alianza de Civilizaciones o lo que es lo mismo, la doctrina del apaciguamiento con el totalitarismo terrorista islámico, que como toda política del apaciguamiento con el totalitarismo está condenada al fracaso de la democracia y al éxito del totalitarismo.
Europa y especialmente su izquierda socialista ha interiorizado tanto este discurso del apaciguamiento con el terrorismo, que el portavoz de los socialistas en el Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, cuando defendió la resolución para que el Gobierno de Zapatero dialogase y pactase con ETA, afirmó que: “El único camino que tenemos para poner fin a la espiral de la violencia -terrorista- es el diálogo” (Estrasburgo, 25-10-06).
Admitiendo así que los socialistas habían renunciado a la fuerza del Estado de derecho para derrotar al totalitarismo terrorista al confesar que era el diálogo con los terroristas “el único camino”. Lo cual fue aprobado por la mayoría del Parlamento Europeo en Estrasburgo (26-10-2006).
Los últimos gobiernos españoles, socialistas y de la derecha, han hecho de ello desde entonces una política de Estado, y, por ejemplo, hoy, como consecuencia del pacto con los terroristas de ETA, el propio Tribunal Constitucional español ha legalizado su rama política que ya gobierna instituciones locales y provinciales, y están presentes en instituciones regionales y nacionales. Utilizando su poder, financiación y recursos públicos de los contribuyentes contra la Constitución española y para avanzar en su proyecto totalitario.
El único antídoto contra el totalitarismo terrorista es ejercer la fuerza real (coercitiva) de un estado liberal y democrático
Ni la Alianza de Civilizaciones es un antídoto contra el terrorismo, ni lo es ninguna doctrina de apaciguamiento con los estados y grupos que patrocinan o son cómplices de los terroristas. Todo lo contrario. Juega a favor de los objetivos de los terroristas, que es en sí mismo destructivo. El terrorismo representa sencillamente la barbarie.
Contra el totalitarismo terrorista no hay más antídoto que la fuerza de que es capaz de ejercer un Estado en defensa de la plena libertad individual y la plena seguridad personal de sus ciudadanos. Por vías militares, policiales, jurídicas y coercitivas. Todo lo demás es pura filfa.
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