Además de ser inmoral y un delito la corrupción frena la innovación y la competitividad. En los últimos diez años España ha subido del puesto 22 al 40 en el índice mundial de corrupción y durante el mismo periodo ha caído del puesto 23 al 35 en el ranking mundial de competitividad. Ver gráfico
Si se comparan estos datos con los propios de la presidencia del gobierno español a través de las encuestas del CIS, la fotografía es similar. En Octubre de 2004 “el fraude y la corrupción” solo representaba para los españoles el 0,6 de sus principales problemas y diez años más tarde ya representa el 42,7. Ver gráfico.
Un sistema corrupto se alimenta de más corrupción. Cuanto más se extienda la corrupción más seguros se sienten quienes controlan su sistema. La innovación y la competitividad dejan de ser una prioridad. De hecho se convierte en una amenaza.
Los nuevos sistemas para medir y gestionar la información son un motor de la innovación y la competitividad en las organizaciones, que entre otras cosas las hacen más transparentes, eficientes y rentables. Pero transparencia es lo último que quieren los que controlan un sistema corrupto, que está basado en la opacidad. Las tarjetas de crédito opacas utilizadas durante años por directivos y consejeros de Caja Madrid, es un ejemplo muy ilustrativo de como funciona un sistema corrupto.
Un sistema corrupto premia con contratos públicos no a las empresas más innovadoras y competitivas, sino a quienes están dispuestas a pagarles en forma de comisiones y favores a los partidos políticos, sindicatos y a los propios gestores.
En la sociedad de la información,
la opacidad no es una opción
Todos los países que aventajan a España en competitividad, también lo hacen en ‘innovación y sofisticación’, a excepción de dos casos (Tailandia y Chile). Este es un dato relevante porque la relación entre competitividad, innovación, y sofisticación en términos culturales, educativos y tecnológicos es total en la sociedad de la información. Es el modelo matriz que lidera la tendencia de los cambios más avanzados en todos los ordenes. Ver índice del World Economic Forum 2014-2015.
Todavía hay quien cree que en una sociedad dominada por la información como es la actual, la opacidad es una opción, sin entender que es la información la que domina el sistema y no al revés. Por mucho que el sistema trate de ocultar información, es la propia información la que se transparenta y siempre termina por hacerse visible.
La teoría propagada en forma de mensaje oficial de que la corrupción son casos aislados y que no son representativos del conjunto del sistema es falsa en sí misma. Porque todas las instituciones públicas más representativas del sistema están implicadas en la corrupción. Los últimos casos de Bankia, Pujol, o los ERES de Andalucía, solo reflejan un modelo corrupto que ha calado hasta los tuétanos del sistema.
La corrupción no solo afecta a la democracia, deteriorándola, sino a un modelo social y económico que ve como se frena la innovación y la competitividad, empobreciéndolo todo.
AS © 2014
Ver gráficos de competitividad y de corrupción.
Ver otros artículos de referencia:
Deja un comentario