Como la desinformación destruye la credibilidad

La destrucción sistemática de la credibilidad hace a todos perdedores, y aquí expongo algunos de los casos de resultados visibles de desinformación en los campos de la política, finanzas, periodismo, medicina y otros.

cookeUtilizar la información para mentir y desinformar suele considerarse rentable por quienes obtienen con ello beneficios políticos, financieros o de otro tipo, pero los hechos demuestran todo lo contrario. Pagan un alto precio por ello las personas y lo que pueden representar, y que al final afecta negativamente a todos, sin excepción.

En periodismo hay premios Pulitzer y medios prestigiosos que han visto arruinados su prestigio y su carrera por mentir. Lo mismo ocurre en las finanzas, en la política, la medicina y la ciencia, o en otros campos, y todos ellos han hecho que se deteriore la credibilidad, con efectos letales para la credibilidad pública.

Destrucción de la credibilidad periodística En enero de este año la agencia Associated Press anunció el despido de su fotógrafo Narciso Contreras por falsificar una foto de la guerra siria publicada por los principales medios del mundo. Había utilizado el photoshop para manipular la foto, eliminando de su original la imagen de otro reportero (cámara de televisión) que se encontraba en el mismo lugar en plena acción de guerra. Las bases por las que se había concedido a Contreras el premio Pulitzer y a todos los demás premiados a lo largo de la historia desde 1917 es la honestidad y la excelencia periodística.

Desde Septiembre de 1980 el Washington Post guarda en sus archivos una corrección que dice: “El siguiente artículo no es de hecho correcto, es una fabricación del autor”. El autor es la autora, Janet Cooke, que le dieron el premio Pulitzer por este artículo, muy destacado por el propio diario, en el que narraba como real la historia de Jimmy, un niño de ocho años, que había sido un adicto de las drogas desde los cinco años que vivía en el sureste de Washington. La historia resultó ser totalmente falsa, como reconoció la propia autora, y el Washington Post tuvo que devolver el premio Pulitzer. Un caso que 34 años después se estudia en las universidades y escuelas de información de todo el mundo. [Ver información]

Destrucción de la credibilidad financiera y de la política anti-terrorista

Como también se estudia en las universidades y escuelas de negocio el ‘caso Madoff’, broker de Wall Street que engañó a medio mundo financiero, hasta que se descubrió su fraude y fue arrestado en diciembre de 2008 por defraudar 18.000 millones de dólares, según los tribunales que le condenaron a 150 años de cárcel. Hizo de la desinformación su negocio y el de miles de inversionistas de todo el mundo, y al final todos salieron perdiendo. Yo he hablado con varios inversores que depositaron su capital en Madoff y que vieron como lo que habían considerado muy rentable terminó siendo una ruina.

Veamos este titular de prensa del 6 de diciembre de 2008: “El Gobierno cambiará la ley para echar a ETA de los ayuntamientos” [Ver información]. La realidad es la contraria, porque hoy gobiernan los proetarras en las instituciones del País Vasco, gracias no solo al gobierno sino al propio Tribunal Constitucional de esa época (“El Constitucional da vía libre a Bildu para acudir a las elecciones”, 5-5-2011- Ver información).

Mi archivo está lleno de cientos de estos casos que afectan a todos los sectores y siempre con el mismo resultado, mensurable en costes humanos, sociales y económicos. Fue tal el pánico creado en 2009 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una eventual pandemia de la ‘gripe A’ que hubo ciudadanos españoles que me narraron como fueron a Francia a comprar la vacuna antivírica que en ese momento no había llegado a España. Reflejaba el pánico creado en la población.

El caso de la ‘gripe A’ y otras falsas alarmas

El número de afectados en España por la gripe A suma casi 100 casos en un día y ya roza los 1.000”, anunció RTVE el 9 de Julio de 2009. La verdad fue que un año y medio después eran 271 víctimas las atribuidas a este virus en España, según la propia OMS que en agosto de 2010 declaraba el fin de la pandemia [Ver información]. El resultado fue que el propio Ministerio de Sanidad se vio abocado a deshacerse de millones de vacunas que habían costado millones de euros a los contribuyentes españoles. ¿Falsa alarma? No, desinformación científica, médica, política y periodística.

La prensa argentina ironiza sobre el caso de la 'gripe A'

La prensa argentina ironiza sobre el caso de la ‘gripe A’

Fue en 2009 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), catalogó esta gripe aviar de pandemia, y entre los gobiernos del mundo que cayeron en la trampa el español llegó a comprar un lote de vacunas por importe nada menos que de 91 millones de euros, que no tuvo necesidad de utilizar.

Uno de los últimos casos registrados es la investigación publicada por el Journal Annals of Internal Medicine del Colegio de Médicos de Estados Unidos (Marzo, 2014) que concluye que en las decenas de estudios realizados durante su investigación con más de seiscientos mil participantes “las evidencias actuales no demuestran que el consumo -mayor o menor- de grasas saturadas respalden las directrices en vigor sobre el problema cardiovascular”.

Lo que significa poner en cuestión la teoría hasta ahora aceptada de que el consumo de productos como la mantequilla, el queso y la carne, son en sí mismos la causa de las enfermedades cardiovasculares. Ello llevó a titular al Wall Street Journal: “Se cuestiona que las grasas saturadas sean la causa de las enfermedades del corazón” (2-5-2014).

El coste irreparable para todos del modelo destructivo de la desinformación

Un repaso a todos estos casos u otros similares de desinformación o informaciones que falsean la realidad en cuestiones tan diversas, nos revelan que todos tienen un denominador común: producen un alto coste de carácter irreparable.

La desinformación supone jugar con las vidas y haciendas de las personas, su credibilidad y sentimientos,  y con la propia gestión de las instituciones. Genera una dinámica dominada por la desconfianza y el descrédito, que termina por hacer a todos perdedores.

AS© 2014

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